Actividad







¡Hola de nuevo!

Como os dije en la presentación, soy muy activa y me gusta mucho hacer actividades deportivas y probar nuevos deportes. Pero de todos los que he probado, mi favorito es el voleibol.

Llevo 4 años jugando, y acaba de empezar el quinto.  Empiezo en un nuevo club con el objetivo de mejorar la técnica y la precisión de mis pases, y me he encontrado a un montón de personas que también les apasiona el voleibol. A algunas ya las conocía de otros años jugando en la selección navarra de voleibol en la categoría cadete, sin embargo, espero conocer al resto.

El ambiente es buenísimo para aprender. En el primer día nos hemos dedicado a acostumbrarnos al balón, y yo, a su forma de jugar.  Fue un poco desastroso para todas en general puesto que llevábamos tiempo sin jugar.

Estamos trabajando la precisión de los saques y la fuerza física desde que empezamos. Durante estos entrenamientos, he entendido que hay que tener motivación para conseguir tus objetivos, pero lo más importante es la determinación y la calidad de las repeticiones. Esto se consigue mediante el esfuerzo tanto físico como psicológico y el trabajo constante.

También me gustaría mencionar que somos un equipo. Nos ayudamos entre nosotras, nos animamos y nos motivamos. Si una cae, todas caemos, pero si una gana, todas ganamos. De hecho, una parte importante del espíritu de equipo, son las celebraciones. Cada vez que ganamos un punto, debemos celebrarlo como si hubiésemos ganado el partido. También es necesario que tener en cuenta que, al ser un equipo, contamos entre nosotras y nos hemos comprometido a asistir a los partidos y a dar lo mejor de nosotras en cada ocasión.

¡Espero impaciente a que el torneo empiece y poder competir!


INFLUENCIA DE UNA PELÍCULA

Para comenzar, debo empezar por el principio. En los cines, había una película del voleibol basada en una historia real. Decidimos ir todas las del equipo a verla juntas. La película era super emotiva y al final, casi todas acabamos llorando.


En la película, había ciertas escenas de juego que, misteriosamente, en un día de entrenamiento, me ayudó a colocar bien el brazo para hacer un buen servicio. Me quedé boquiabierta ante el resultado y ahora solo me falta mejorar la técnica y pulir algunos detalles para conseguir más potencia en el saque.

Esta semana faltó la entrenadora, y como consecuencia, hicimos un amistoso contra otro equipo del club. Se suponía que nos serviría como entrenamiento y para volver a acostumbrarnos al juego. A medida que el partido avanzaba, me di cuenta que no solo nos estaba sirviendo de entrenamiento, sino que estaba fomentando el espíritu de equipo.

En sí, el partido fue fácil y ganamos, y lo mas importante, me lo pasé genial. Hicimos bromas y recordamos momentos con nuestro antiguo entrenador. Nos hacíamos preguntas sobre nuestro día a día para conocernos mejor y cada vez me sentía menos nerviosa y más a gusto con mis compañeras. Para mí, ese entrenamiento fue un momento clave para fomentar nuestra unión como equipo.







NERVIOS DEL PRIMER PARTIDO




Esta semana empezamos la liga, y estoy algo nerviosa. El partido lo jugaremos contra navarhuerto, una extensión del navarvoley. Lo jugaremos en su casa, es decir, en Berriozar.

Me hace mucha ilusión empezar a jugar, y sobre todo con mi nuevo equipo. Espero que el amistoso que hicimos la semana pasada nos haya servido como entrenamiento para este partido.

Como colocadora, tengo que marcar las jugadas y organizar el juego. Para una chica tímida, esto le parecería difícil, pero estoy cogiendo confianza con mi equipo. Cada vez me noto menos tensa y nerviosa, y eso se nota mucho en mis colocaciones. Espero que los nervios no me afecten demasiado en el partido y consiga controlarlos.



Mi objetivo para este partido es pasármelo bien y conseguir mostrar mis logros de los entrenamientos respecto a los saques y a las colocaciones.










REENCUENTRO POR VOLEY


Este mes he jugado dos partidos, el primero contra Ibararte y el segundo contra Liceo Monjardín.

El primer partido tuvo algunos puntos más reñidos que otros, lo cual estuvo bien, pero me lo pasé especialmente bien ya que pude volver a ver algunas amigas que tenía de cuando jugaba en la selección navarra infantil y cadete. También, en el segundo partido me encontré con una amiga de mi antiguo colegio y me hizo mucha ilusión volver a verla.

Pero lo que más me llamó la atención es que, durante los partidos, todas nos lo pasábamos bien. O sea, que había un ambiente competitivo, pero sobre todo nos lo queríamos pasar bien. Después de los partidos, no había mal ambiente, sino todo lo contrario. De hecho, algunas jugadoras que ni siquiera conocía vinieron a hablar conmigo, por el mero hecho de jugar el mismo deporte, en concreto, el voleibol.

Todos los que lo practicamos lo consideramos un deporte muy bonito para jugar en equipo. Además, buscamos que más gente lo conozca y se apunte a jugarlo.

Con todo esto, pienso que este es un deporte que no conoce mucha gente, pero todos los que lo practicamos, nos conocemos. Cada vez que nos reunimos, hay un ambiente muy bueno y amigable, a la vez que competitivo y saludable.


De hecho, mi hermana pequeña se apuntó antes para jugar a este deporte mientras que yo hacía atletismo. El año siguiente, después de escuchar a mi hermana estar tan contenta con el resultado y observar a compañeras mías practicando este deporte en el polideportivo, fue todo lo que me hizo falta para que el año siguiente me apuntase junto a mi hermana. Tras ese momento, ya no quería parar, y ahora es mi deporte favorito.




ENTRENAMIENTO INDIVIDUAL Y ORGANIZACIÓN PERSONAL




Durante este mes no hemos tenido muchos partidos debido a los puentes navideños y forales. Por eso, hemos aprovechado los entrenamientos para hacer trabajo individual.


En la primera semana, la entrenadora nos preparó circuitos de fuerza. El objetivo era mejorar nuestro físico y trabajar la musculación. El primer día nos fuimos todas agotadas a casa y con agujetas para el día siguiente.


Personalmente, me gustó mucho el ejercicio. Algunas etapas eran más complicadas y más costosas que otras, pero teníamos tiempo de descansar entre ejercicio y ejercicio.


En otros entrenamientos, nos preparó ejercicios, también de trabajo individual, para mejorar la técnica. Los ejercicios consistían en la repetición de gestos técnicos, que poco a poco interiorizamos y efectuamos inconscientemente en otras situaciones como en los partidos. Había diferentes etapas, cada una para un solo gesto. Todas hacíamos el mismo recorrido, fuese cual fuese nuestra posición, y trabajamos también los gestos que no usamos en el campo, cosa que nos hace abrir nuestras fronteras y no limitarnos a hacer bien solo una sola posición, sino que todas tuviésemos los mismos gestos técnicos para poder utilizarlos en nuestro caso.


Estos consistían un claro ejemplo de superación y esfuerzo personal, ya que nadie te obliga a asistir a los entrenamientos ni a realizar los ejercicios, sino que es decisión de cada uno seguir el programa y dar lo mejor de uno mismo, o tirar la toalla.


Durante ese tiempo, consigo olvidarme de todos mis problemas y concentrarme en el ejercicio. También, descargo toda la energía en algo positivo como el deporte, que es bueno para la salud mental y física.


Normalmente, después de los entrenamientos tengo que hacer tarea y estudiar, así que, tengo que aprender a priorizar la tarea y aprender a organizarme para cumplir los plazos de entrega de los trabajos. Pero, algo positivo que he aprendido también sobre el deporte es que puede que estés cansado físicamente, pero después, resulta más fácil y eficaz el rendimiento para hacer la tarea y los estudios.


COMPAÑÍA, ESTRÉS Y SEGUNDAS OPORTUNIDADES


Me gustaría empezar esta reflexión con una frase que me dijo una amiga que practica el mismo deporte que yo. Me dijo que le encantaba el voleibol y que seguiría practicándolo, pero que no quería apuntarse a un equipo junto con otras chicas con las que no se llevase del todo bien ya que le mancharía el recuerdo de lo bonito de este deporte y no disfrutaría tanto como lo hace.

Me parece que tiene razón. El deporte está para disfrutarlo en equipo e individualmente, y cada uno elige las circunstancias. Pero también, he podido comprobar personalmente que la gente se comporta de diferente manera dependiendo de la situación.

Me apunté este año a un nuevo club, en el que conocía a unas cuantas chicas con las que jugué en la selección navarra, y he podido ver que nos comportamos diferente. Yo no estoy tan nerviosa por la presión, y ellas están mucho más relajadas con sus amigas del equipo, con quienes han jugado durante años.

Personalmente, he conocido a gente nueva y, además, he comprendido que la situación de estrés a la que estábamos expuestas nos afectaba a cada una de diferente manera. Ahora, no me arrepiento, para nada, de haber cambiado de equipo. Estoy muy contenta porque estoy mejorando la técnica, como me había propuesto, pero también estoy conociendo la verdadera personalidad de mis compañeras de equipo en un ambiente de amistad y competitividad.

He aprendido que los cambios no son malos, sino toda lo contrario. Te dan la oportunidad de evaluarte a ti misma y te dan una segunda oportunidad para no cometer los mismos fallos del pasado. También, he comprendido que no hay que juzgar a la gente de primeras y siempre dar una oportunidad, o dos, para conocer a la gente en diferentes situaciones y no cerrarse a lo cómodo, sino abrirse fronteras. Y lo mejor de esta lección es que se puede extrapolar a situaciones más cotidianas, en general, a cualquier campo.







NUEVAS HABILIDADES.

Este mes me he dado cuenta de que pasarme a este equipo no solo me hace mejorar en la técnica de mi posición, sino que, gracias a la cantidad de diferentes y originales actividades que propone la entrenadora, acabamos por perfilar también otros aspectos.

En el anterior entrenamiento fuimos muy pocas jugadoras, así que a nuestra entrenadora se le ocurrió una solución creativa. No íbamos a hacer un partido normal, sino que jugaríamos en diagonal con la mitad del campo, con el objetivo de mejorar la puntería al atacar, y mejorar la recepción del saque y de los remates.

Para organizarnos, debido a que teníamos todas diferentes posiciones, decidimos que colocaría la que estuviese en la red, la que estuviese detrás recibiría, la que estuviese posicionada delante de la receptora cogería las fintas y la cuarta atacaría. Después de haber llegado a este acuerdo, empezó el juego, y yo colocaba. Tenía que ser creativa con mis pases si la atacante recibí para pasárselo a la que cogí las fintas, pero, por otro lado, no fue demasiado complicado después de haber establecido los límites de nuestro campo. Cuando rotamos, me tocaba atacar. Para nuestra sorpresa, hice todo un punto recibiendo y atacando, justo lo contrario de lo que hacen los colocadores, y fue muy emocionante. Mis compañeras me felicitaron y yo me sentí bastante orgullosa de mi misma.
Al final ganamos el partido, y quiero penar que ese sentimiento no se irá en los siguientes entrenamientos.

Sin embargo, no fueron todo logros. Después de hacer el físico, me sentía super cansada. Durante el partido, cuando me tocaba sacar, el primero me pasaba la red, pero el segundo se me desviaba hacia fuera del campo. Como próximo reto me propongo mejorar en este aspecto. Es decir, mejorar la puntería de mis saques cuando estoy cansada, y también procurar estar más tranquila en los partidos además de confiar más en mí misma.




NUEVA ENTRENADORA.

Este mes, mi entrenadora trajo a su hermana, Laura, y resulta que le encanta hacer físico. Desde que está presente, siempre hacemos, de las dos horas de entrenamiento, una hora de físico. El objetivo de estos entrenamientos tan intensos es de ganar musculo, estar en mejor forma física para los partidos y, también, ser capaces de controlar el agotamiento durante los partidos.

El primer día acabamos todas agotadas y el partido que hicimos en la última hora de entrenamiento fue un completo desastre, incluido para mí. No tenía practica para resistir y pasé muy mal los balones a las atacantes. Por otro lado, pensé que, si empiezas tan mal en un ejercicio, con práctica, esfuerzo y trabajo, se mejora, y, sobre todo, empezando desde tan bajo, cualquier mejora sería notable.

Los siguientes días hicimos lo mismo, pero con diferentes recorridos de fuerza y resistencia. Esa vez, como últimamente estamos muy pocas en los entrenamientos debido a los exámenes, en vez de hacer un partido, por la falta de jugadoras, la entrenadora decidió hacer un ejercicio de control. Resultó ser más exigente que un partido normal porque requería mucho movimiento, ya que estábamos pocas en cada equipo, y mucho control con el balón ya que teníamos menos hueco en el campo para rematar. En el ejercicio, fuimos cambiando de posiciones y fue bastante divertido. Me gustó poder hacer otra cosa aparte de colocar. Mi otro objetivo en el ejercicio era conseguir meter todos los saques en el campo, y estoy bastante orgullosa en ese aspecto.

En otro entrenamiento, como hacía calor fuera, Laura quiso hacer el físico en el patio. Cuando empezamos a correr, no quise ir al ritmo de las demás y decidí que mi reto sería acabar las vueltas antes que todas, entonces aceleré el ritmo desde el primer momento y conseguí ser la primera en llegar. Ese momento fue muy satisfactorio. Fue el recorrido de fuerza lo más duro del entrenamiento, pero, aun así, conseguí no tener agujetas al día siguiente.


Al fin y al cabo, este mes he aprendido a controlar el agotamiento en los ejercicios. Al principio me costó mucho, pero al final conseguí tener mucha más precisión en los pases que en el primer día de ejercicio. Al final, es gratificante pensar que poco a poco, con esfuerzo, trabajo y constancia, los retos que te propones los consigues realizar. 





Amistoso




Este mes hemos jugado un partido amistoso contra la Universidad de Navarra, un equipo de la liga vasca. Debo decir que fue una de las mejores experiencias que he tenido, porque resultó ser muy gratificante, satisfactorio y especial para todo el equipo. Lo mejor fue que jugamos en la cancha oficial de superliga, donde antes jugaba el mejor equipo de primera división e íbamos a verlas jugar.



Al principio calentamos como en un partido normal y nos motivamos porque éramos conscientes que íbamos a jugar a voleibol y no a una imitación pobre de este deporte. Asique, como nuestro propósito es jugar en segunda división, sería muy motivante ganar a un equipo de la misma liga, por lo que nuestro reto era ganarles.



Esta vez, jugábamos sin entrenadora porque estaba jugando en el equipo contrincante, y nos puso como reto, de entrada, que nos organizásemos nosotras mismas el juego y que nos corrijamos los fallos mutuamente. Asique, como siempre, empezó a jugar la colocadora titular, dejándome a mi en el banquillo, pero no duró mucho porque en el segundo set jugué yo en su lugar, y al final nos organizamos para jugar las dos el mismo tiempo y el mismo numero de puntos, asique, en el tercer y ultimo set, cambiamos en medio. Fue una experiencia estupenda, sobre todo teniendo a mi padre como árbitro porque convirtió una experiencia espectacular de por sí en una experiencia mejor, si cabe. También teníamos un pequeño publico que nos animaba a ambos equipos por igual.







CAMPEONAS


Ya se ha acabado la liga y ¡somos Campeonas de Navarra!

Hemos hecho una liga perfecta, sin perder un solo set. La media de puntos que nos metieron en contra por set es de 10 puntos. Estamos orgullosísimas por nuestro resultado. Ahora cada vez tenemos más presente que queremos subir de categoría y participar en la liga vasca.

Ya no tendremos más partidos, excepto los que los entrenadores pretenden organizar para jugar unos amistosos antes de que acaben los entrenamientos.

Lo cierto es que durante esta liga he aprendido una barbaridad, yo creo que he aprendido mucho sobre la técnica del Voley y, sobre todo, he mejorado como colocadora y en otros aspectos de otras posiciones. Cada vez siento tener más confianza en el campo, pero aun no consigo controlar del todo mis nervios. Esto lo mejoraré en la próxima temporada.

Estoy ilusionada porque he hecho nuevas amigas y son todas maravillosas. Para celebrar que somos campeonas, fuimos todas juntas a cenar. Fuimos todas con el chándal oficial y la medalla de oro colgada en el cuello durante toda la cena. Fue una experiencia estupenda.


Estoy deseando empezar la siguiente temporada y seguir aprendiendo nuevas cosas. Pero no por que la temporada se acabe quiere decir que yo deje el voleibol. Seguiré yendo a los entrenamientos. Además, nuestra entrenadora tiene su propio equipo en la universidad y no sería la primera vez que nos invita a entrenar con su equipo. Así que, cuando se acaben los entrenamientos, bajaré al pabellón de la universidad para seguir entrenando y continuar con mi pasión.





TORNEO 4X4 IRUÑA

Llevo 5 años asistiendo al torneo del Iruña y sin duda este año ha sido el mejor. De hecho, es el primer año que no me apunto con las chicas de mi equipo o con mi hermana.

Esta vez, en cuanto me enteré de que iba a organizarse otra edición del torneo, mandé la foto del cartel por el grupo de clase y conseguimos hacer equipo. Me hizo mucha ilusión que quisiesen apuntarse conmigo y esperé con ansias a que llegase el día.

El torneo estaba muy bien organizado y el ambiente era espectacular. Siempre ha sido un torneo muy familiar, y este año no desentonó para nada. Había música de fondo y regalos para todos los participantes.

Al principio, cuando todos llegamos, nos explicaron la dinámica del torneo y enseguida jugamos nuestro primer partido. La verdad es que tenía pocas esperanzas, y ellos parecían pensar lo mismo, por lo que no empezamos demasiado animados.

El primer partido era contra el equipo de mi hermana, y no fue fácil. De hecho, ellas empezaron ganando, pero sorprendentemente conseguimos remontar hasta ganar nuestro primer partido. ¡Estuvo genial!

El segundo partido también estuvimos muy justos. Tenía la impresión que nos adaptábamos, de algún modo, al nivel de nuestros adversarios. Pero, a pesar de todo, conseguimos ganarlo también. Sin embargo, no fue hasta el tercer y último partido de la fase de grupos cuando empezamos a tener la perspectiva de pasar a la semifinal.

Aun así, el árbitro que nos arbitró no nos dejó pasar ni una sola falta y casi perdemos. Pero conseguimos ganar el set 26-24. Y con este partido, pasamos a la semifinal. Al quedar primeros de nuestro grupo, teníamos que jugar contra los que quedaron segundos en el otro grupo. En parte, yo los subestimé, porque eran los padres. fue interesante ver que eran unos contrincantes dignos de nuestro respeto, y fue el primer partido duro del torneo que tuvimos.

Al ganarlo, casi sin creérnoslo, automáticamente pasamos a la final. fue la mejor sensación del mundo. ya solo nos quedaba un partido, y era muy importante y ansiábamos que empezase.

Teníamos que jugar contra las de mi equipo del iruña, y yo ya sabía que representaban un buen reto para nosotros porque conocía su forma de jugar, sus untos fuertes y sus debilidades. cuando comenzó el partido, estaba muy nerviosa, y los nervios se intensificaron en los últimos puntos del partido, cuando todos estábamos agotados por la mañana tan intensa, y sobre todo porque íbamos perdiendo con una diferencia de cuatro puntos, justo cuando ellas estaban en el punto de partido. Fue super intenso, y luchamos hasta el final. ellas también estaban nerviosas y eso les pasó factura, mucho más que a nosotros, porque conseguimos ganarnos el set y acabar el partido siendo los campeones del torneo.

De todo esto, me quedo con la sensación de unidad del equipo y con que nos conocimos mejor. Fue estupendo compartir esta experiencia con mis compañeros de clase, y ya hemos planeado que, para el año que viene, con el mismo equipo volveremos a ganar, aunque no estoy mu segura de que mis compañeras de equipo están dispuestas a dejarnos ganar.





El voley en familia

Este mes no he tenido extraescolar ni entrenamientos de voley, y después de llevar un tiempo sin tocar el balón, solo tenía más ganas de ir por mi cuenta y jugar un rato con mi hermana.

Está claro que es totalmente diferente cuando tú mismo eres tu propio entrenador, y me alegró mucho que mi hermana estuviese ahí, conmigo. Ambas tenemos nuestros puntos fuertes, y resulta que el de mi hermana es la recepción, y tengo el orgullo de presentarla como la libero oficial de la selección navarra de Voley, mientras que mi punto fuerte son los pases de dedos ya que soy la colocadora de mi equipo. El hecho de que a las dos se nos diese mejor una cosa distinta que a la otra nos ha ayudado a corregirnos nuestros errores y a mejorar con nuestros consejos. También, la ventaja de hacer estos entrenamientos improvisados entre hermanas es que tienes más confianza y no sientes tanta presión, así que sientes más libertad para corregirla y a la vez, te sientes más segura y menos expuesta.

Estas cosas, además de servirnos para mejorar fuera de nuestros campos, es que nos ayuda a complementarnos y a aprender como juega la otra, y esto lo considero de extremada importancia ya que el año que viene estaremos en el mismo equipo y es importante que aprendamos a jugar en armonía para hacer las mejores jugadas posibles y así, mejorar la calidad del equipo.

Además, en nuestros entrenamientos tuvimos tiempo para reflexionar sobre un par de cosas, que resultó que nos afectaban a las dos. En nuestros puestos de líber y colocadora, no somo las que marcamos los puntos directamente con el remate, sino que mi hermana recibe los remates de las contrincantes para pasarlos mejor a la colocadora, y yo como colocadora, marco la jugada para que la rematadora pueda marcar el punto. Lo que nos molesta sobre este asunto es que el reconocimiento siempre va hacia la rematadora, y no somos más que nosotras mismas las que tenemos que motivarnos para seguir haciendo nuestra función en el juego. Esto a veces es duro por que nadie reconoce el rol que tienes en el equipo, pero resulta que al final, aunque no fuésemos nosotras quienes marcamos los puntos, somos igual de esenciales, ya que el rol de las rematadoras no tendría sentido sin nuestro puesto. Al fin y al cabo, somos un equipo y todos tenemos nuestra función, y aunque no todas tengan el mismo reconocimiento, son todas igual de importantes, por lo que entre las dos, procuraremos siempre darnos ánimos y motivarnos ya que somos plenamente conscientes del déficit de ánimos hacia puestos como los nuestros y por eso vamos a apoyarnos, como siempre.




Deportes

Este mes, al estar en Francia y no tener el refugio del voley, como todos los años, he probado nuevos deportes que me encantan. El primero, circuitos por los árboles. Aparte del voley, este deporte consigue despejarme las ideas y soy capaz de pensar en el presente y concentrarme en otras cosas aparte de en las preocupaciones del día a día y consigo desconectar. La verdad que en este deporte es obligatorio desconectar, sobre todo a 15 metros (o más) de altura, ya que requiere concentración absoluta y mucho control del cuerpo. Además, tienes que medir en todo momento cual es la táctica más adecuada para cada actividad del circuito, además de saber dosificar tu fuerza porque es un recorrido en el que necesitas estar activo y atento durante todo el tiempo, hasta la bajada final. Y después de todo esto, este deporte también tiene un detonador de adrenalina que debes saber controlar para no dejarte llevar por el pánico durante el recorrido. Incluso, los circuitos por los árboles te enseñan una cosa que me parece muy importante, y es que una vez que empiezas, debes llegar al final, y lo tienes que hacer de la mejor condición física y mental posible para seguir haciendo nuevos recorridos y retos para tu cuerpo y tu mente. Pero, sobre todo, es que no vale rendirte en medio del recorrido.

Este deporte, si no es mi favorito, está en mi top 5. La verdad es que me encantan todos los deportes y no sabría ordenarlos…

Además, este mes he intentado hacer otros deportes. También me animé a hacer pádel surf con mi prima en un lago de Dijon. Fue una pasada, como siempre, pero este deporte no tiene esa sensación de adrenalina que tienen los circuitos en los árboles. Este deporte es mucho más tranquilo y, aunque te ayuda a pensar en otras cosas, no es el más eficaz. Pero hacerlo con compañía es lo mejor. Además, fuimos también con una de mis mejores amigas y fue una de las mejores experiencias del verano en Francia.






NUEVO EQUIPO, NUEVAS COMPAÑERAS, NUEVO CLUB, NUEVA ENTRENADORA… NUEVA OPORTUNIDAD.


Por fin a empezado la temporada de voley, y estreno equipo con la universidad. En general somos todas nuevas y no conocemos nuestras formas de jugar. Además, se nota mucho la diferencia de edad, experiencia y nivel en el equipo, así que este año, me temo, nos vamos a tomar las cosas con mucha más calma, pero con intensidad.

Mi objetivo para esta temporada es ser la mejor jugadora del equipo. Además, este año ya soy titular del equipo, pero me tengo que preocupar por formar a la siguiente colocadora que me sustituirá en el al caso de que yo no esté en un partido, o cuando yo me vaya al equipo senior de la universidad el año que viene.

Quiero seguir mejorando a nivel personal, pero en este equipo voy a tener la oportunidad de mejorar a nivel colectivo. Con esto me refiero a que vamos a tener que volver a aclimatarnos a la nueva situación con equipo nuevo, jugadoras nuevas, entrenadora nueva, club nuevo… en fin. Este año será un nuevo comienzo para mí.

Por ahora, solo encuentro cosas para mejorar, y al principio me abrumó todo este cambio, pero ahora que nos estamos conociendo, haciéndonos a nuestro juego, creo que de esta experiencia solo saldrán buenas anécdotas.

Quiero pensar que, además, podré seguir mejorando. Quiero ser una jugadora de calidad, fiable y constante. Quiero seguir dándolo todo de mi y sobre todo quiero que mis compañeras, amigas y mis padres estén muy orgullosos de mí.






Segunda liga vasca

Este fin de semana ha sido impresionante. El entrenador de la categoría superior, del equipo que juega en segunda liga vasca, necesitaba a una colocadora y recurrió a mí. Acabé por ser la colocadora titular del partido y jugué los cinco sets que duró el encuentro.

Ya conocía a las jugadoras, porque la mayoría eran de mi antiguo equipo, y las demás las conocía ya de antes por haber jugado con ellas el año pasado. Por eso, me fue sencillo saber cómo quería cada atacante el balón. Además, ya conocía quienes eran las mejores atacantes, así que no tuve problema para cambiar las tácticas de juego para adaptar las jugadas a la rotación de las jugadoras.

Anímicamente, estuve contentísima durante todo el partido, aprovechando al máximo la oportunidad, y, sobre todo, aproveché y disfruté el ambiente de dedicación y competitividad que emanábamos todas.

Fue un partido intenso, que duró bastante tiempo, y tuve que dosificar mis fuerzas para aguantar los cinco sets.

Además, cometí bastantes fallos de dobles (para quienes no lo sepan, los dobles son una fata que se comete cuando se ha tocado el balón primero con una mano y con la otra después, que provoca que gire el balón; y cuenta como doble toque de la misma persona) después de hablar con mi padre, que también es entrenador, descubrí mi fallo al cometer dobles. Estaba provocado por no colocarme bien debajo del balón cuando no llegaba al pase.

Así que, a partir de mi fallo más notable, mejoraré esto. Será mi futuro objetivo. De todos modos, estoy muy orgullosa porque conseguí mantener la calma con una grada que gritaba y animaba al otro equipo, estando en su casa. gracias a esta calma, no fallé ni un saque, y conseguí enmendar, en cierta manera, mis fallos cometiendo dobles.

Aun así, me sentí muy orgullosa de mi misma porque el entrenador, mi familia y las jugadoras me felicitaron por mi trabajo. Fue super motivante y no hizo más que reafirmarme en que el voley es el mejor deporte del mundo.













Compromiso y entrenamientos extra.


Este mes de diciembre de 2019 no ha habido muchos partidos porque el ambiente está mas relajado, la mayoría de las jugadoras estamos asistiendo a los previos para acceder a las universidades y los partidos están siendo atrasados.

Esta situación me disgusta muchísimo porque es mi deporte preferido, donde puedo disfrutar y divertirme, competir y me hace muy feliz, pero, por desgracia, tenemos otras prioridades, como nuestra vida académica, y nos saltamos muchos entrenamientos. Espero que la situación mejore y que podamos conseguir una mayor asistencia, porque sabemos que en el equipo hay compromiso, pero el día tendría que durar más de 24 horas.

Aun así, seguimos asistiendo a los entrenamientos y recientemente hemos decidido ir por nuestra cuenta las jugadoras que podamos, algún fin de semana sin partidos, para hacer un entrenamiento y partidos entre las del equipo para mejorar nuestro entendimiento en el campo. Además, la Universidad también nos deja las instalaciones para entrenar en vacaciones de Navidad.


Esto nos vendrá muy bien porque después de vacaciones sin tocar el balón, es complicado volver con la misma destreza, pero, si de esta forma entrenamos, vamos a estar menos tiempo sin tocar el balón y todavía conservaremos cierto control. Así, nos pone en una situación ventajosa ya que no habremos hecho un parón demasiado largo y podremos continuar los entrenamientos como si nada y será más fácil volver a incorporarnos al ritmo y no perderemos demasiada forma física.







RETO


Este mes he decidido que va a ser diferente. Me he propuesto hacer un reto al que he arrastrado a mis dos padres, pero que no he conseguido convencer a mi hermana. Ella se lo pierde.

Esto bastante emocionada porque he conseguido aficionar a mi madre con este reto queme he propuesto. Les he convencido a hacer el reto de los abdominales. Se me ocurrió como idea para ponernos en forma antes de volver a empezar la temporada de voley, así que, al principio empezaríamos flojo, pero sumaríamos diez abdominales por día. O sea, el día uno con 10 e ir sumando diez por día.

Ahora que estamos de vacaciones, soy consciente que este reto es bastante fácil, porque tenemos tiempo y estamos llenos de energía. Además, empezamos bastante flojo y era fácil de soportar. Conforme pase el tiempo, estoy segura que algunos días nos vencerá la pereza, pero resulta que he conseguido que mis padres lo hagan conmigo y yo soy bastante terca. Además, mi madre me ha dicho que la única condición para hacerlo era que yo los hiciese con ella, así que estoy con la responsabilidad de arrastrarla hasta el final del reto. Por eso me lo estoy tomando tan en serio.

La verdad es que este reto me hace mucha ilusión completarlo porque es algo que he conseguido hacer con mi familia. También estoy emocionada porque me dio un ataque para hacer esto, y yo, cuando me propongo una cosa, la cumplo hasta el final. Así que, aunque hay a días malos, donde esté cansada o cuando alguien diga que no puedo hacerlo, voy a seguir haciéndolo porque una promesa es una promesa y tengo que cumplirla.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Creatividad

Mi proyecto