Reflexión final
En estos dos
años ha habido muchas experiencias muy memorables. En el área de la
creatividad, he tenido tiempo para dibujar y reflexionar sobre mis dibujos. De
leer y dibujar a los personajes de mis libros favoritos. De encontrar mis
errores y proponerme retos artísticos, desde en pequeñas obras de arte a papel a
nivel individual como pintar un mural en una gigantesca pared con mis
compañeros de clase. De compartir experiencias, actividades y juegos con los
niños e incluso a cocinar, hasta a hacer dibujos por peticiones de mi hermana y
mis amigos.
En el área
de la actividad he tenido inspiraciones cinematográficas, experimentado el
subidón de ganar partidos, de mejorar como persona y evolucionar técnicamente.
He tenido la suerte de ganar la liga con mi equipo, he podido conocer a nuevas
jugadoras que actualmente son parte de mi vida y de mi equipo y he podido subir
de categoría y jugar partidos en ligas a nivel nacional. He enganchado a mis
compañeros de clase a jugar torneos de voley y he podido probar otros deportes fuera
de temporada.
Y por
último, en el área de Servicio, he dado clases a un chaval, he podido
participar en los proyectos de mis compañeros y he guiado a alumnos de
intercambio por el colegio. Además, he podido crear una actividad para la asociación
navarra de autismo con tres compañeras de clase y hemos hecho un proyecto de
pintar un mural entre toda la clase para dejar nuestra huella en el colegio que
pronto dejaremos atrás, además de ser voluntaria en carreras y entrenadora en
eventos deportivos.
Todas y cada
una de estas experiencias me han enseñado algo. Por ejemplo, he identificado
mis puntos fuertes y mis puntos débiles en el dibujo del ángel empuñando una
espada, donde reconozco cuales son mis fallos y propongo pequeñas soluciones a
mejorar para intentar no repetir los fallos, y también me siento profundamente
orgullosa por todo lo que he conseguido y de ver hasta dónde me ha llevado la
continuidad de dibujar personajes durante estos dos años. Durante este tiempo,
he podido darme cuenta de los errores y de los aciertos que he tenido, que no
podría haber hecho sin retomar el dibujo.
Me he
propuesto pequeños retos durante todo el proceso como a la hora de pintar el
mural del patio con mis compañeros de clase. He pasado de hacer pequeños
garabatos en papel a participar en la mayor obra de arte que habría podido
imaginar, con mis compañeros de clase. Me ha enseñado el compromiso y la
continuidad del trabajo. Me ha enseñado a valorar el tiempo y a querer
continuar y hacer de todas mis horas de trabajo efectivas.
Pero también
ha habido momentos de mayor dificultad. Por ejemplo, al organizar nuestro
proyecto Pint-Arte para niños autistas. Nos supuso un gran desafío de
organización y de superación de nuestras propias barreras. Hicimos
planificaciones para la actividad y la creamos desde cero con mucha
determinación y constancia. Nos enseñó a ser independientes y a demostrar
liderazgo y trabajo en equipo, además de la importancia de aplicar todos estos
valores en la vida real para todo tipo de situaciones.
En todas las
actividades se deben considerar el compromiso y perseverancia, pero me parece
que esto se mostró con mucha claridad cuando me propuse seguir el reto de Inktober
con los compañeros más artísticos de clase, donde cada día debías representar
una palabra durante un mes. Fue muy duro seguir el ritmo, sobre todo los
últimos días, y cuando algún día no me daba tiempo, al siguiente se solapaban
los dibujos de ese día con el del día anterior, y, en cuanto se vuelve
acumulativo, es casi imposible recuperar. Por eso, la recomendación era no
hacer siempre dibujos muy elaborados y solamente representar la idea, y eso era
lo más difícil. No creo ser capaz de dejar un dibujo en tan solo un boceto,
pero era consciente de que el tiempo, algunos días andaba en mi contra. Aun
así, el hecho de aguantar hasta el final me parece una demostración de
compromiso con el reto y, sobre todo, perseverancia, continuidad y compromiso.
Pero la
mayoría de cosas, como las actividades deportivas como el voley, no son actividades
individuales, sino que se tiene en consideración un fuerte arraigo de trabajo
en equipo y confianza grupal. Si fallas, todo el equipo pierde, pero si aciertas,
todo el equipo gana. Es una relación de simbiosis en la que tienes que aprender
a confiar en tus compañeros, a adaptarte a todas las situaciones y trabajar en
equipo para conseguir alcanzar el objetivo grupal. Una colocadora, como yo, no
puede hacer un partido sola, sino que debe contar con una libero que levante
los balones y con una atacante que ataque el balón que le pase. En un equipo,
las mejores habilidades de cada persona se juntan para formar la mejor entidad
posible en la que siempre damos lo mejor de nosotras a cada vez.
En el
voluntariado del día del medio ambiente, además, pudimos dar un speech a los
niños para concienciarlos sobre la cantidad de basura, contaminación y plásticos
que hay en el planeta que nos perjudican tanto a nosotros como al resto de
seres vivos. Por eso, se debe reciclar, usar materiales re utilizables y
esquivar todos los productos de plástico o con componentes dañinos para el
medio ambiente, porque un pequeño gesto, multiplicado por millones de personas,
puede cambiar muchas cosas. Y, sobre todo, siempre adoptar hábitos ecológicos
que a la larga pueden marcar la diferencia.
También, se
deben tomar consciencia de nuestras acciones, porque puede que lo que se haga
aquí, tenga graves consecuencias un poco más lejos. Siempre hay que considerar
el contexto de las demás personas y tomar consciencia y responsabilidad por
nuestras acciones. Si estas atentan contra las libertades de los demás, se debe
encontrar alguna forma de solucionar el problema de forma que nadie salga
perjudicado y que la problemática se solucione sin hacer más daño. Es necesario
pensar antes de actuar, y sobre todo, este aprendizaje lo vi reflejado en
nuestro proyecto de CAS, Pint-Arte, al trabajar con niños autistas.
Si me
preguntasen cual sería la experiencia con la que más he disfrutado y la que más
me ha llegado, ha sido dando clases a un niño pequeño, porque éste me ha
llegado a tocar el corazón. La inocencia con la que miraba cada cosa y la
admiración que sentía por las cosas era increíble e inspiradora. Lo pasé
realmente bien dando clases y me gustará continuar ayudando a los que necesiten
como hice con él.
Pero esta
satisfacción se aplica a muchas de las experiencias vividas a lo largo de estos
dos años. Pintar el mural… fue realmente increíble. Haber podido compartir
todas las experiencias con mis compañeros de clase nos ha unido y ha hecho de
nosotros un grupo sólido y fuerte y es una cosa que espero no perder nunca,
porque esta asignatura no solo crea buenas personas, sino que las une y hace
que siempre demos lo máximo de cada uno de nosotros, sin importar la actividad.
Es por ello
y por muchas otras cosas que recomendaría esta asignatura, sin dudarlo un
segundo, a todas las personas comprometidas con su desarrollo personal, físico
y mental. Porque esta asignatura crea personas independientes, comprometidas,
organizadas, reflexivas y activas, con ganas de afrontar retos y ponerse nuevas
metas.
Al ser una asignatura
tan libre, es fácil encontrar actividades que convaliden con las áreas, y eso
es verdaderamente importante para hacer de esta asignatura una asignatura alcanzable
para todas las personas en todas las condiciones y contextos.
Respecto a
mi proyecto de CAS, sin duda, lo que me llevo son las sonrisas. La satisfacción
de enseñar a los niños algo que me apasiona, como la pintura y las manualidades,
y arrancarles sonrisas, que nos regalaban. Esta experiencia ha sido verdaderamente
gratificante y enriquecedora. Me gustaría pensar que les enseñamos mucho a los
que se apuntaron a hacer nuestra actividad de verano, pero lo cierto es que
ellos nos enseñaron mucho más. La fortaleza de las personas involucradas en
nuestro proyecto, su amor incondicional, su felicidad contagiosa, el ambiente
de trabajo y amistad… es increíble e inspirador.
Las únicas dificultades
que nos encontramos en el camino fueron más bien por errores de planificación, en
la que no consideramos una actividad con su verdadera dificultad, por ejemplo, y
también en la falta de respuestas por parte de la organización, en la que a
veces tuvimos que ser muy insistentes. Pero, gracias a nuestra pasión y nuestro
trabajo en equipo, conseguimos transmitir nuestro entusiasmo a las responsables
de la organización.
Respecto a
las reflexiones, las he llevado al día, procurando siempre escribir mi experiencia lo más pronto posible para no perderme ni un detalle y conservar en
el recuerdo todas las sensaciones maravillosas, satisfactorias, enriquecedoras
y bonitas que me ofrecieron estas actividades. De hecho, conforme pasaban los
meses, he notado una evolución en las reflexiones de tal manera que las últimas
son mucho más elaboradas y detalladas que las primeras, aportando más
evidencias fotográficas y vídeos.
En resumen,
esta asignatura ha abierto la puerta a muchas de las actividades más memorables
y bonitas que haya podido vivir, ha recalcado la importancia del trabajo en
equipo y he aprendido muchísimas cosas que me han hecho ser mejor persona. Ha
sido un absoluto triunfo y, aunque la asignatura haya acabado, todos los
valores que he ganado y todas las experiencias que he vivido, van a conservarse
y voy a hacer de ellas un tesoro.











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